Durante nuestro crecimiento aprendemos a darle significado a lo que sentimos, tanto por las personas quienes nos rodean como por nosotros mismos comenzamos a juzgar las emociones y cómo las expresamos.
Tal vez te han dicho que no llores, siguiendo con un comentario como "sé fuerte", o tal vez has llegado algún día muy feliz a tu casa y te han mirado con desaprobación porque quienes están presentes no se sienten de esa forma.
Quizás has padecido episodios de ansiedad y lo primero que has pensado es algo como "¿Por qué me siento así si no debería de hacerlo?" o "No es para tanto, no debería sentirme así por esto" y los siguientes minutos la has pasado lidiando con que no deberías de sentir lo que sientes.
Existen muchas creencias alrededor de las emociones y el conflicto con lo que sentimos y lo que creemos que debemos sentir es el primer detonante del malestar emocional.
Al reconocer y aceptar la emoción presente evitamos emitir un juicio sobre ella y actuar en base a ello para experimentar el presente y al final "atravesar" la emoción.
Pero, ¿cómo se reconoce y acepta una emoción?
Primero es importante saber qué y cuáles son las emociones.
De acuerdo a Alejandra Alonso en Psyciencia, las emociones son una combinación de activación fisiológica, conductas expresivas y experiencias que incluyen pensamientos y sentimientos.
Entre las emociones podemos encontrar tristeza, felicidad, ira, asco, miedo y sorpresa.
Cada emoción tiene una duración muy breve, sin embargo el repetir el pensamiento o experiencia que activó la emoción es lo que permite que sintamos la emoción varias veces.
Para aceptar la emoción es importante recordar que la normalidad es experimentar emociones, así que primero te recomiendo identificarla, después sin juzgar, enfocarte en observar lo que se está viviendo en el tiempo presente sin aferrarse a la emoción.
Esto de experimentar y soltar es muy evidente en los niños pequeños. Por ejemplo, cuando una niña de 2 años al caminar se tropieza y cae, comienza a llorar (conducta expresiva de la emoción generada por la caída) luego al pasar un par de minutos observa algo que le causa gracia, su emoción cambia y sonríe.
En cambio "no soltar la emoción" podría verse en el ejemplo (que tal vez tú también has vivido) de sentirse triste y crear el ambiente para continuar experimentando la tristeza (escuchar canciones tristes y aislarse).
La práctica diaria.
La inteligencia emocional se puede ejercitar en el día a día, con cada uno de los eventos que experimentamos, así que al poner en práctica la auto observación, reconocimiento y aceptación de nuestras emociones podemos comenzar a mejorar nuestro bienestar emocional.
Actualmente existe mucha información y recursos al respecto de la aceptación emocional y la inteligencia emocional, esto puede generar confusión o abrumamiento, por lo que si quisieras incorporar prácticas diarias para lograr una mejoría en tu salud emocional te recomiendo que comiences con una o dos acciones al día (como realizar un chequeo emocional diario por la mañana al despertar y por la noche antes de dormir; hacer una actividad específica que relaciones con una emoción positiva como realizar ejercicio o cantar mientras te duchas) y después de sentir que ya están integradas en tu rutina, incorporar otras.
Recuerda, en caso de sentir que necesitas ayuda profesional es importante que busques a un psicoterapeuta con quien te sientas a gusto para trabajar en tus objetivos.
Referencias:
Alonso, A. (2014, 23 junio). Definición de la semana: Emoción. Psyciencia. https://www.psyciencia.com
/definicion-de-la-semana-emocion/
Suarez, J. D. (2019, 1 junio). Aceptar las emociones negativas reduce su intensidad, según un estudio. Rincón de la Psicología. https://rinconpsicologia.com/aceptar-emociones-negativas/
También puedes consultar:
La importancia de reconocer e identificar nuestras emociones
The Psychological Health Benefits of Accepting Negative Emotions and Thoughts: Laboratory, Diary, and Longitudinal Evidence
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